Ambiente y Localización
Los selk’nam habitaron la Isla Grande de Tierra del Fuego. Ella se dividía en Párik, la región de praderas ventosas al norte del río Grande y Hérsk, la zona boscosa, montañosa y lacustre al sur del mismo río. El clima en esta región es bastante inhóspito, de cortos y frescos veranos y largos, húmedos y fríos inviernos. Existiendo sin embargo una rica fauna: mamíferos marinos y moluscos en la costa del Pacífico y guanacos, zorros y roedores en la Atlántica. Además, diversas plantas comestibles y una gran variedad de aves estaban disponibles en toda la Isla.
Los selk’nam habitaron la Isla Grande de Tierra del Fuego. Ella se dividía en Párik, la región de praderas ventosas al norte del río Grande y Hérsk, la zona boscosa, montañosa y lacustre al sur del mismo río. El clima en esta región es bastante inhóspito, de cortos y frescos veranos y largos, húmedos y fríos inviernos. Existiendo sin embargo una rica fauna: mamíferos marinos y moluscos en la costa del Pacífico y guanacos, zorros y roedores en la Atlántica. Además, diversas plantas comestibles y una gran variedad de aves estaban disponibles en toda la Isla.
Economía
Los selk’nam eran cazadores recolectores terrestres de alta movilidad, lo que les permitía explotar los recursos dispersos en la Isla. Importante recurso era el guanaco, que se cazaba con arco y flecha, pero también con boleadoras. Esta era una ocupación netamente masculina, pero hombres y mujeres cazaban y pescaban. Nadie estaba exento del trabajo, excepto niños pequeños, ancianos y enfermos, Quienes tenían aptitudes para ciertas actividades económicas comunes al grupo eran distinguidos con un título honorífico, por ejemplo, el artesano que hacía arcos o puntas de flecha, los cazadores especializados en ciertas piezas o los chamanes. Las mujeres hacían casi todos los trabajos domésticos, eran recolectoras, cocinaban, tejían canastas, preparaban y cosían cueros y pieles, cuidaban a los niños y transportaban los enseres domésticos, recogían leña, traían agua y construían la vivienda. Los hombres fabricaban el utillaje (las herramientas de piedra, hueso y madera) y aportaban los principales elementos de alimentación, vestido y vivienda.
Los selk’nam eran cazadores recolectores terrestres de alta movilidad, lo que les permitía explotar los recursos dispersos en la Isla. Importante recurso era el guanaco, que se cazaba con arco y flecha, pero también con boleadoras. Esta era una ocupación netamente masculina, pero hombres y mujeres cazaban y pescaban. Nadie estaba exento del trabajo, excepto niños pequeños, ancianos y enfermos, Quienes tenían aptitudes para ciertas actividades económicas comunes al grupo eran distinguidos con un título honorífico, por ejemplo, el artesano que hacía arcos o puntas de flecha, los cazadores especializados en ciertas piezas o los chamanes. Las mujeres hacían casi todos los trabajos domésticos, eran recolectoras, cocinaban, tejían canastas, preparaban y cosían cueros y pieles, cuidaban a los niños y transportaban los enseres domésticos, recogían leña, traían agua y construían la vivienda. Los hombres fabricaban el utillaje (las herramientas de piedra, hueso y madera) y aportaban los principales elementos de alimentación, vestido y vivienda.
El único animal doméstico era el perro, indispensable para la caza de guanaco y del zorro. No se sabe bien cuándo adoptaron al perro, pero era tan preciado que al morir el dueño del animal, éste era heredado por los parientes. Antes de la explotación marina a gran escala, la zona era rica en lobos marinos y ballenas. Éstas varaban ocasionalmente, siendo aprovechadas por todos en un gran festín. Comían casi cualquier especie de ave, excluyendo solo las rapaces. Mujeres y niños recolectaban huevos, hongos, bayas y moluscos en costas, ríos, lagos y lagunas. Cuantitativamente, los vegetales no eran muy importantes, pero sí como complemento para la carne y cuando ésta escaseaba como dieta principal. En tiempos de gran hambruna recurrían a las algas marinas.
Arte
Aunque eran grandes maestros en la pintura corporal y el canto, gran parte de lo que sabemos del arte selk`nam se remite al vestuario. Vestían sólo con pieles y cueros de animales, especialmente el guanaco, aunque para mantos y capas preferían al zorro. Una alternativa era la piel de roedores, aves, mustélidos y lobos marinos.
Aunque eran grandes maestros en la pintura corporal y el canto, gran parte de lo que sabemos del arte selk`nam se remite al vestuario. Vestían sólo con pieles y cueros de animales, especialmente el guanaco, aunque para mantos y capas preferían al zorro. Una alternativa era la piel de roedores, aves, mustélidos y lobos marinos.
El manto o capa era usado por todos, con la piel hacia fuera y servía también de frazada y escudo. A veces, decoraban la lana expuesta con ákel (ocre mezclado con grasa animal). Las mujeres usaban collares y pulseras. A la vez, los hombres usaban tocados de plumas muy admirados llamados ohn u oon.
Como símbolo de su ser adulto, los hombres recibían un tocado triangular llamado kochel que ataban a la frente en todas sus cacerías. Todos usaban el pelo largo, con chasquilla sobre sus frentes. La pintura corporal era fundamental. Se adornaban con diferentes dibujos en cada ocasión, por ejemplo, en la caza, combates, paz, torneos, duelos, etc. Se pintaban diariamente por cuestiones prácticas y estéticas. El rojo era considerado el color más bello. Cada persona tenía su propia provisión de ákel, que era un importante bien de trueque. En sus ceremonias la pintura corporal alcanzó gran sofisticación.
Organización Social
La Isla Grande de Tierra del Fuego estaba dividida en Haruwen (tierras), en donde vivían grupos ligados por parentesco. Básicamente, existían cuatro tipos de instituciones sociales. Por un lado, los selk’nam se dividían en cielos (sho´on): el norte, sur, y oeste (el este no se representaba ya que era territorio del grupo Haush).
La Isla Grande de Tierra del Fuego estaba dividida en Haruwen (tierras), en donde vivían grupos ligados por parentesco. Básicamente, existían cuatro tipos de instituciones sociales. Por un lado, los selk’nam se dividían en cielos (sho´on): el norte, sur, y oeste (el este no se representaba ya que era territorio del grupo Haush).
Cada persona era conocida por la tierra donde vivía o nacía y por el shó´on con que se identificaba.
El concepto de cielo era un principio organizador de gran significación social y ceremonial dado que fue la mayor entidad exogámica: se pertenecía al cielo del padre y dos personas del mismo cielo no deben casarse aunque no fueran parientes.
Por otra parte, las parentelas eran bilaterales y abarcan a todos los parientes consanguíneos hasta la tercera y cuarta generación ascendente. Con ella se regulaba la selección del cónyuge, que no debía ser pariente consanguíneo, con excepción del casamiento de un hombre con la hija del hermano de su madre, y se normaba la vida comunal. Del mismo modo existían los linajes, o sea los parientes que habitan en un mismo haruwen, los que eran patrilineales y patrilocales. Por último, la aska, correspondía al núcleo familiar y los parientes cercanos. Su número era alto porque la poligamia era común; el promedio de hijos era de cinco.
Por lo general, las familias migraban dentro de su propio haruwen, pero había excepciones, por ejemplo, una ballena varada, la caza de aves, un hain, un torneo de deportes, etc. La sociedad selk’nam prescindía de cualquier órgano de autoridad. Sólo los adultos tenían ascendencia sobre los jóvenes.
Podemos decir que la sociedad selk’nam fue igualitaria e individualista, pues cada uno era llevado por sus intereses o por los de su linaje. No había sistema de tributos, ni regalos, ni acumulación de riqueza. Pero si diferencias en la extensión y recursos del haruwen y también una disparidad en la división sexual del trabajo. Sin embargo, existía una especie de elite de quienes desempeñaban ciertas ocupaciones de jerarquía.
Los xo´on (chamanes) tenían un rol preponderante en todos los ámbitos sociales, cumpliendo con un conjunto de funciones en la caza, la guerra, la cura de enfermos, en la incertidumbre del porvenir, etc.
Culto y Funebria
El mundo ideológico selk’nam era muy complejo, expresándose a través de mitos, leyendas, ritos y ceremonias sociales complejas. Su religión habría sido monoteísta, pues habrían reconocido un espíritu divino, a Temaukel: ser supremo, espíritu primigenio, anterior a la creación y a los hombres, omnipresente, incorpóreo y, sobre todo, lejano. Hubo una manifiesta prohibición para referirse directamente a él y de no nombrarlo bajo ninguna circunstancia. Él fue quien formó a la tierra sin forma y al cielo sin estrellas y quien entregó las leyes del comportamiento a los hombres a través de Kenós: ente corpóreo, noble e intachable, que no poseía ninguna relación de parentesco con Temaukel, que fue encargado de poblar la tierra, darle vida y alegría. Temaukel y Kenós fueron los únicos habitantes del mundo celestial. La religión selk’nam habría sido terrenal, pues los hombres no se preocuparon del más allá, nadie se prepara para ingresar a él. El culto, nunca fue público, sino siempre personal, privado y sumamente reducido.
El mundo ideológico selk’nam era muy complejo, expresándose a través de mitos, leyendas, ritos y ceremonias sociales complejas. Su religión habría sido monoteísta, pues habrían reconocido un espíritu divino, a Temaukel: ser supremo, espíritu primigenio, anterior a la creación y a los hombres, omnipresente, incorpóreo y, sobre todo, lejano. Hubo una manifiesta prohibición para referirse directamente a él y de no nombrarlo bajo ninguna circunstancia. Él fue quien formó a la tierra sin forma y al cielo sin estrellas y quien entregó las leyes del comportamiento a los hombres a través de Kenós: ente corpóreo, noble e intachable, que no poseía ninguna relación de parentesco con Temaukel, que fue encargado de poblar la tierra, darle vida y alegría. Temaukel y Kenós fueron los únicos habitantes del mundo celestial. La religión selk’nam habría sido terrenal, pues los hombres no se preocuparon del más allá, nadie se prepara para ingresar a él. El culto, nunca fue público, sino siempre personal, privado y sumamente reducido.
Dentro de los ritos selk’nam destaca el Hain. Su origen se encuentra en los mitos referidos a una pretérita supremacía femenina, un matriarcado donde las mujeres habrían dominado a los hombres, obligándolos a realizar todas las actividades de subsistencia mientras ellas permanecían ociosas. Los hombres, al enterarse de que eran engañados, asesinaron a todas las mujeres iniciadas y, para evitar el resurgimiento del poder femenino, se instauró el Hain, la formación de una sociedad secreta cuya participación fue negada a las mujeres.
La representación del Hain, socialmente habría obedecido a cuatro propósitos: la iniciación de los hombres jóvenes, los Klóketen; la ‘instrucción’ de las mujeres, para reproducir la dominación masculina; la reunión con personas alejadas y, por último, la realización de rituales indispensables para la reproducción social. No se sabe mucho acerca de las costumbres mortuorias de los selk’nam.
No se han encontrado muchos sitios con osamentas humanas. Es posible que debido a su alta movilidad, enterraran a sus difuntos de forma circunstancial, sin formar cementerios reconocibles. Y que la humedad del territorio no permita la conservación de los restos por largo tiempo.
Patrón de Asentamiento
En busca de recursos, los selk’nam se movían en grupos familiares y circunstancialmente se reunían con otros grupos (intercambios, grandes ceremonias, varazón de ballena, etc.). Sus campamentos eran temporales, permaneciendo en ellos desde unos pocos días hasta algunas semanas.
En busca de recursos, los selk’nam se movían en grupos familiares y circunstancialmente se reunían con otros grupos (intercambios, grandes ceremonias, varazón de ballena, etc.). Sus campamentos eran temporales, permaneciendo en ellos desde unos pocos días hasta algunas semanas.
Había dos tipos de vivienda. Kauwi era la menos usada, era cónica. La construían en zonas boscosas donde había suficiente madera. Su diámetro era de 3,5 a 4,5 m. Su tamaño dependía del grupo de personas que la usarían, por lo general de una a tres familias. Fundamentalmente eran construidas para los Hain. La vivienda más común era el paraviento o tienda. Era más o menos cónica, hecha de palos y ramas, tapada con cueros de guanaco o lobo marino. Era provisoria, ya que era fácil de acarrear y de rápida instalación. Quien la transportaba era la mujer. El cobertor del armazón era de 6 a 16 cueros cosidos entre sí. La armaban sobre una depresión o hueco del terreno, quizá excavado entre 25 a 40 cm de profundidad y con un diámetro de uno a tres metros. El fuego estaba en el centro y bajo las pieles donde dormían ponían pastos y ramitas aislantes. Ambas eran viviendas uni o plurifamiliares.
En verano, es decir con buen tiempo, el paraviento era de forma semicircular; en invierno más sólido y cerrado. Si acampaban varias familias juntas, la distancia entre cada choza era de 25 a 40 metros entre ellas, si era posible.
Historia
Los selk’nam también fueron conocidos con el nombre de onas, que correspondería a una palabra yámana que significa “hacia el norte”, o “en el norte”. Actualmente los selk’nam están completamente extintos. El primer encuentro selk’nam/europeo se produjo en 1580 con la expedición de Pedro Sarmiento de Gamboa, aunque éste sólo se hizo habitual a partir de 1880, cuando se inicia la ocupación europea de la Tierra del Fuego, primero por la explotación de oro aluvial y luego por la explotación de pastizales para la ganadería ovina. En este contexto, se sucedieron los primeros contactos, la mayoría violentos, entre los mineros y los selk’nam de la zona, manifestándose principalmente en la captura y violación de mujeres. Luego en 1883, el gobierno da la primera concesión en la parte norte de la Isla para la crianza de ovejas. La consecuencia es que hacia 1885 los selk’nam dan rápida caza a las primeras ovejas y a su vez los colonos a los indígenas.
Los selk’nam también fueron conocidos con el nombre de onas, que correspondería a una palabra yámana que significa “hacia el norte”, o “en el norte”. Actualmente los selk’nam están completamente extintos. El primer encuentro selk’nam/europeo se produjo en 1580 con la expedición de Pedro Sarmiento de Gamboa, aunque éste sólo se hizo habitual a partir de 1880, cuando se inicia la ocupación europea de la Tierra del Fuego, primero por la explotación de oro aluvial y luego por la explotación de pastizales para la ganadería ovina. En este contexto, se sucedieron los primeros contactos, la mayoría violentos, entre los mineros y los selk’nam de la zona, manifestándose principalmente en la captura y violación de mujeres. Luego en 1883, el gobierno da la primera concesión en la parte norte de la Isla para la crianza de ovejas. La consecuencia es que hacia 1885 los selk’nam dan rápida caza a las primeras ovejas y a su vez los colonos a los indígenas.
El misionero anglicano Thomas Bridges insta a los indígenas a respetar la propiedad de los colonos, cuestión inentendible para quienes todo animal que hubiera en su territorio les pertenecía, fuese guanaco colorado o “guanaco blanco”. Al cercarse los campos se restringió considerablemente la movilidad indígena, provocando desplazamientos hacia las regiones boscosas y cordilleranas del sur, lo que provocó conflictos con los demás grupos por la disputa del espacio.
La orden Salesiana funda misiones en la isla Dawson (1889) y en lo que sería la futura ciudad de Río Grande (1896). Esta política de concentración en las misiones creó una situación favorable a la expansión de enfermedades infecciosas, lo que significó la muerte para los indígenas refugiados allí por tuberculosis, gripe, neumonía, sarampión, escarlatina y enfermedades venéreas. Se puede decir que el último período de la historia selk’nam se encuentra entre 1880 y 1905. La escasa población sobreviviente se refugió en las regiones del sur, en las misiones salesianas y en las cercanías de la residencia de los misioneros Bridges sobre el canal Beagle.
Lengua
Pertenece a las lenguas fuéguidas, junto con el yámana y el selk´nam, que entre ellas eran mutuamente ininteligibles y sin aparente relación genealógica. Actualmente, la lengua está completamente extinguida.
Pertenece a las lenguas fuéguidas, junto con el yámana y el selk´nam, que entre ellas eran mutuamente ininteligibles y sin aparente relación genealógica. Actualmente, la lengua está completamente extinguida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario